Quetzalcóatl
Muchas dudas y preguntas personales rondan mi cabeza, pero me he estado dado cuenta de que las imagenes me ayudan mucho a expresar algunas cosas… al final tenemos la respuesta solamente nosotros, cada uno de nosotros. Ahora, no son lo mismo los lagartos que las serpientes en éstos ámbitos, pero para muchos son casi lo mismo… ¿en donde quedó la bolita?
Buscando en los archivos de los Niños del Sol encontré lo siguiente, claro, fué en otro momento al presente que se estaban dando algunas cosas, y es aqui otro el enfoque.
Vayan al sitio.
El mito del dios mesoamericano Quetzalcóatl reproduce con todo detalle el simbolismo que observamos en el Mesías del cristianismo. ¿Por qué dos culturas religiosas tan separadas y sin contacto entre sí desarrollaron el mismo concepto religioso? ¿Estamos ante una verdad de alcance universal revelada a todos los seres humanos desde el principio?
Recientes estudios arqueológicos sugieren que los orígenes de Quetzalcóatl son más antiguos de lo que se había creído. Uno de los primeros templos que se le consagraron fue el de Teotihuacán, en México central, construido en torno al año 200 d.C. Pero los comienzos de su culto plantean un enigma: ¿estamos ante un personaje histórico, posteriormente divinizado, o ya nació como protagonista de un mito?
Como sucede con Cristo –término griego que designa al Mesías o Ungido judío–, el nombre Quetzalcóatl también constituyó un título sacerdotal y, tal vez, real. Laurette Sejournè, una arqueóloga de origen francés que realizó excavaciones en Teotihuacán en los años 60, ha intentado arrojar luz sobre su figura, venerada en México y Centroamérica, estableciendo conexiones entre el simbolismo esotérico de esta deidad y su doctrina escatológica. Pero antes de adentrarnos en la simbología de la Serpiente Emplumada, pasemos a conocer el mito.
La Serpiente Emplumada designa a un dios civilizador. También se erige en el primer maestro espiritual precolombino que supera el pecado y trasciende la materia para transformarse en Luz, después de purificarse por el fuego. La versión más difundida del mito azteca lo describe como un rey casto que, en estado de ebriedad, comete un pecado carnal y, arrepentido, se da muerte para expiar su culpa. En otras variantes, desciende a los infiernos en forma de coyote y roba unos huesos preciosos que le permiten crear al ser humano.
En realidad, se debería hablar de una «reorganización», puesto que para esta cultura la Creación consistía en una sucesión de varios mundos y ya había sufrido cuatro destrucciones anteriores. Quetzalcóatl es el creador del mundo correspondiente al Quinto Sol.
¿Qué le aporta esta mítica Serpiente Emplumada al la Humanidad? «Le da el tiempo –escribe Laura L. Minelli, una de las americanistas más prestigiosas–, que permite al Cosmos retomar su ciclo. El Sol se pone de nuevo en movimiento. Por eso, el Quinto Sol es llamado Movimiento Ollin».
En su libro El mito de la Serpiente Emplumada, Laurette Sejournè sostiene que «Venus, además de representar a Quetzalcóatl, simboliza el alma humana». Según esta antropóloga, Quetzalcóatl y su enseñanza espiritual de penitencia y caridad representan un instrumento de redención para el ser humano. De hecho, después de su muerte expiatoria este dios se transforma en la estrella Venus y asciende al Cielo para fundirse con el mismo firmamento.
La Serpiente Emplumada tendría la misma función que Cristo en el cristianismo: sería el portador de un mensaje de esperanza y salvación para una partícula celeste que se encarna como ser humano en este mundo. Muchos textos aztecas citados por Bernardino de Sahagún confirman que, también para esta civilización, el hombre y el Cosmos son el resultado de una Caída desde un estado perfecto original.
En este esquema, la finalidad de la existencia humana es volver a unirse con el Uno indisoluble y eterno. A su vez, la función de Venus consiste en abrir y cerrar los sucesivos ciclos cósmicos, exactamente como hace Quetzalcóatl al revelar a los seres humanos el conocimiento al inicio del Quinto Sol y prometiendo su retorno para cerrar el ciclo. Es importante advertir que también Cristo se compara con Venus en Apocalipsis 22,16 («Yo soy el lucero brillante de la mañana»).
El templo de Quetzalcóatl
En Teotihuacán se encuentra el primer templo erigido a la Serpiente Emplumada. Esta civilización se desarrolló en los altiplanos del Valle de México y se impuso gradualmente sobre gran parte de Mesoamérica. Cómo se produjo esta expansión es objeto de debate entre los especialistas. Lo que se sabe con seguridad es que esta ciudad fue la primera de México Central en desarrollar el período clásico.
Después de su decadencia, en torno al 600-700 d.C., Teotihuacán sufrió seis siglos de abandono antes de ser redescubierta por los aztecas. Las distintas deidades –que ciertos americanistas consideran prototipos de las aztecas–, son una mezcla de elementos simbólicos de agua y fuego, como la misma Gran Divinidad. Hipótesis recientes sobre la escritura, los cultos y los calendarios usados en este sitio podrían permitirnos vislumbrar los primeros latidos de la historia mesoamericana.
Aún no conocemos ni la lengua ni el tronco étnico que dio origen a esta primera ciudad amerindia, pero sabemos que todas las civilizaciones posteriores fueron fuertemente influidas por el mito de Teotihuacán, donde se creía que había nacido el Quinto Sol. Según la datación de los expertos, primero se erigió la Pirámide del Sol. Unas décadas más tarde fue edificada la de la Luna, en el extremo del eje N-S, conocido con el nombre de «Calzada de los Muertos», que unía a las dos pirámides.
Pero en Teotihuacán no hay sólo pirámides. En la plaza de la Pirámide de la Luna se levanta el Palacio del Quetzalpapalotl, junto al Palacio de los Jaguares. Probablemente, todo este conjunto monumental perteneció a las primeras fases históricas de desarrollo de la ciudad. El plano urbanístico fue rectificado en torno al año 200 d.C., y tuvo como nuevo centro la Ciudadela, donde se sitúa el Templo de Quetzalcóatl.
Este templo es una pirámide truncada de base cuadrada, formada por siete plataformas superpuestas y adornada con cabezas de serpientes acuáticas con cuellos de plumas, conchas y grandes caracoles. En algunos puntos, el motivo de la cabeza de «la serpiente emplumada» se alterna con otra cabeza, que algunos estudiosos identifican con Tlaloc, el dios azteca de la lluvia, relacionado también con el trueno y la fertilidad.
Según Sejournè, Teotihuacán está construida para simbolizar el camino ascendente del espíritu humano, porque el Templo de la Serpiente Emplumada se ubica sobre una superficie rebajada respecto a la planimetría general y a la imponente Pirámide del Sol. Además, en el Templo se suceden las cabezas de reptiles emplumados y las cabezas de Tlaloc, que representarían el drama humano de la encarnación y el misterio de la vida.
La vida se concebiría como el fruto de la unión de los contrarios: agua y fuego. De modo que estas figuras simbolizarían las fuerzas primigenias de la Creación, nacida de la confrontración entre materia y espíritu, vida y muerte, luz y tinieblas. Por último,
la Calzada de los Muertos representaría el camino que los neófitos de la doctrina de Quetzalcóatl recorrían para llegar a la Pirámide del Sol, probable lugar de iniciación.
La ruta que realizaban estos adeptos supondría la recreación ritual del ascenso de la Serpiente Emplumada desde Oriente hasta el Sol, donde Venus se había dirigido al final de cada ciclo para descender a los infiernos, fundiéndose con el Universo: el Uno primordial.
El hecho de que se hayan descubierto sepulturas con enterramientos de 1, 4, 9, 18 y 20 individuos sacrificados en los ángulos del templo durante su fundación y su inauguración, permite suponer que la estructura estuviese ligada a ritos relacionados con la fertilidad (la vida surgida de la muerte). Otro indicio que apunta en la misma dirección son las 365 cabezas, que corresponden al número de días del calendario solar. Pero también se observan varios signos referidos a Venus y a la Luna, que sugieren interrelaciones entre los calendarios solar y lunar –de 365 y 260 días respectivamente–, con los ciclos agrícolas.
La cruz azteca
Considerado el número de personas sacrificadas, y su relación directa con los valores del calendario, es probable que en Teotihuacán la cosmogonía fuese fundamental en la planificación de las construcciones. Este es un aspecto destacados de la cultura azteca. Por ejemplo, el número 4, los puntos cardinales, era objeto de culto y se señalaba con un color específico, ya que correspondía a unas divinidades rectoras de los cuatro ángulos del mundo.
El tardío mito azteca del Quinto Sol, nacido en Teotihuacán de la cooperación de todos los dioses, es conocido como «el Movimiento» y representa al número 5, el centro de la cruz que simboliza los 4 puntos cardinales y que reúne a los 4 elementos primordiales correspondientes a los 4 soles precedentes.
En Teotihuacán «el Movimiento» fue representado por algunas variantes de cruces. Una de las más interesantes es sin duda la de Quetzalcóatl. La leyenda que narra cómo el Quinto Sol nació en Teotihuacán después del sacrificio de todos los dioses precedentes y de una divinidad menor, «el Purulento», es de origen azteca y no conocemos la versión teotihuacana del mito, si lo hubo. Sin embargo, los estudiosos piensan que el culto a la Serpiente Emplumada nació en Teotihuacán y luego fue adoptado por los aztecas. Con el tiempo, lo que originariamente fue quizás un personaje histórico dotado de un enorme carisma espiritual, se transformó en mito, como sucedió con Cristo.
«Aguas ardientes»
La Serpiente Emplumada y la deidad antigua del Fuego están entre las divinidades más antiguas de la urbe y, con frecuencia, se asocian con el emblema de los cinco puntos de la cruz. El 5 era el número sagrado por excelencia, la cifra del dios que vivificaba la Creación como centro del plano material dividido en 4 direcciones (los puntos cardinales).
Entre Quetzalcóatl, el dios Fuego y el fuego mismo, existe una relación evidente: la llama primordial donde se queman las raíces del Ego aparece como un componente indispensable de la Creación, del que surge la Vida. En la mentalidad mesoamericana es evidente el nexo entre el fuego, la vida y la resurrección espiritual. Por eso no debe sorprendernos que este emblema esté asociado a ambas divinidades y asuma valor catártico en la doctrina esotérica de la Serpiente Emplumada.
Otro paralelismo simbólico entre el fuego y la vida espiritual proviene de que la mariposa, el animal de Quetzalpapalotl, representa el alma del fuego. Este es el elemento que permite al alma humana liberarse de la materia, no sólo físicamente, sino también a nivel simbólico, si se interpreta el fuego como purificación, renuncia y sacrificio trascendente.
Esta era una idea importante. En los frescos de Teotihuacán y en su cerámica se encuentran divinidades como Xipe Totec, el dios azteca de la Primavera, que en la versión teotihuacana tiene la cara desollada, un tema que lo relaciona con la penitencia y el sacrificio individual expiatorio. Y no sólo eso: Xipe Totec es también el dios del renacimiento y, por tanto, de la Liberación.
Los glifos más sagrados relacionados con la Serpiente Emplumada son los llamados «Aguas ardientes» y «Cruz de Quetzalcóatl». Como mencionamos antes, en la cosmología arcaica mesoamericana, agua y fuego son los agentes creadores. Desde un punto de vista antropológico, el culto del fuego y del agua está ligado ancestralmente a los principios masculino y femenino.
En el mito mesoamericano, la Serpiente Emplumada se quema para expiar una culpa, que puede catalogarse como pecado. Por tanto, el fuego y la ascensión al cielo de Quetzalcóatl bajo la forma del planeta Venus se leen en clave simbólica. Lo que se promueve es un camino individual, hecho de caridad, renuncia y búsqueda de lo Divino, para superar el plano material.
¿Qué significan las «aguas ardientes»? Quetzalcóatl ha quemado el agua, desafiando las leyes físicas para indicar la Vía de renacimiento. Y las aguas de las que surge la vida arden porque son encendidas por la llama divina (Espíritu).
El centro del mundo
La cruz de Quetzalcóatl hace referencia a la sagrada ley del centro, donde reside la Verdad. Simbólicamente, este es el punto de encuentro entre las tendencias contrarias y, por tanto, el lugar donde se alcanza el equilibrio. Precisamente los 5 puntos de la cruz son el emblema de este concepto. Así como el corazón, situado en el centro del organismo humano, representa la envoltura de la chispa divina que debe ser liberada para retornar al estado perfecto, también en el macrocosmos el centro alberga lo Divino. Por eso, en la iconografía azteca es frecuente la imagen de Quetzalcóatl rompiendo corazones para liberar el quinto elemento (quintaescencia).
El 4 aparece como el número del mundo material. Linda Manzanilla, investigadora del Instituto de antropología de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM), y Arturo Menchaca, jefe del Instituto de Física de la misma universidad, piensan que podrían hallarse tumbas dentro de la Pirámide del Sol. El hallazgo de las mismas podría desvelar algunos puntos oscuros sobre el gobierno de la antigua ciudad-estado. Manzanilla cree que hubo 4 gobernantes en Teotihuacán. «La ciudad estaba dividida en 4 partes –sostiene esta antropóloga– y el palacio de Xalla está compuesto por 4 edificios; por lo tanto, es posible que cuatro individuos tomaran las decisiones». Asimismo, en el túnel situado bajo de la Pirámide del Sol hay una estancia de cuatro «pétalos».
Pero, ¿dónde reside lo divino en el Cosmos? Observemos la cruz, representación de la materia (los cuatro elementos), vivificados por el quinto punto (centro), que representa la enseñanza espiritual de la Serpiente Emplumada. Quinto punto que simboliza el animas mundi, situada en el centro de la Creación, que en el plano individual humano corresponde al alma: la partícula divina que, una vez liberada, podrá rescatarnos del amargo cáliz de la vida material.
El papel de Quetzalcóatl en la Creación es así el mismo que el de Cristo. Ambos representan el comienzo y el final del ciclo actual, simbolizan los elementos equilibradores y salvíficos que indican la Vía del retorno a lo divino y, al mismo tiempo, se erigen en una expresión gnóstica de carácter mesiánico.
Última actualización 01/05/2005@00:00:00 GMT+1
a continuación les dejo un sitio, las fotos no se ven en el sitio original.
FUENTE
Las primeras manifestaciones de Quetzalcoatl como una serpiente emplumada aparecen con los olmecas, en varias estelas ya muestran su icono como en los famosos relieves de las grutas de Juxtlahuaca, los olmecas lo muestran como un chaman cubierto por el crótalo celeste y lleva una bolsa en la mano; en el mueso de La Venta Tabasco, lo podemos ver rodeado de personajes fantásticos como un hombre de barba.
Por Marte Trejo
También encontramos un personaje similar en Tiwanakú, preside la Puerta del Sol con dos rayos y la plaza hundida mostrándose con barba, fue llamado Kontiki Viracocha, quien poseía los mismos atributos de Quetzalcoatl. Según las leyendas aymaras descendió de una nave de oro encima de la Isla del Sol en el Lago Titikaka, entregándoles los conocimientos sagrados a los abuelos aymaras, enseñándolos a sembrar y además la astronomía, tal como cuentan las historias de Quetzalcoatl,.
La versión de un Quetzalcoatl llegando por mar ha desatado todo tipo de propuestas, los hay quienes dicen era un sobreviviente atlante, otros lo prefieren fenicio, tal vez sumerio, extraterrestre, egipcio, hasta un fraile cristiano, pero su primera figura se pierde en el tiempo.
Al otro lado del océano existe la historia de Oannes, también llegó por mar y con una bolsa similar les enseñó a los sumerios la sedentarización de forma parecida a Quetzalcoatl, según los caldeos, les entregó además el secreto de la astrología y por las noches se retiraba al mar no dejando que nadie lo viera.
Lama Damdull del Tibet, nos comentó que cuando los hombres nagas (serpientes) fueron expulsados de la India y Tibet, varios debieron viajar hacia nuevas y lejanas tierras. Ellos utilizaban un copete de serpientes y llevaban la antigua sabiduría que los tibetanos heredaron en el chamanismo Bönn. Una posible prueba de esta unión se atribuye a la forma de numeración, utilizada tanto por los nagas del Tibet como por los olmecas y los mayas.
Las nagas son en realidad serpientes de agua, en 1995 mediante una ceremonia realizada por los lamas y H´men Jacinto Tzaab, en el cenote Xtolok de Chichén Itzá, pudimos verlas por única vez, se trataba de unas serpientes de casi 5 metros de largo navegando con una especie de agallas en el cuello semejantes a plumas.
Según explicación del H´men, estas nagas sagradas no se dejan ver, pero además los cenotes como el mayor de Chichén Itzá ya no tienen esa magia por tantas violaciones que han sufrido. La pregunta que nos hicimos fue si estas serían serpientes de agua la primera imagen de Quetzalcoatl, porque resultaban similares a las cabezas del Templo de Teotihuacan y las de la Plaza hundida en Tiwanakú.
Pero hay asimismo una explicación cósmica para la serpiente emplumada, en el Popol Vuh se menciona como formaron El Corazón del Cielo y se les dio el nombre de Tepeu Gukumatz (que significa lo mismo), como padre y madre crearon a Huyubkán, hoy llamado Hurakán y fue así como desde el Corazón del Cielo dieron la vida, cuando aún no había nada en el mundo y solo el silencio existía.
Las semillas fueron ya sembradas durante el primer cenital del sol, cuando alcanza a las Pleyades (el cascabel del cielo) y según la creencia de los Menes, se ayudan unas a otras para brotar cantando: “Topok Nak, Topok Nak”, para que tomen la fuerza, aquellas que no lo logren después del 3 de mayo se habrán desperdiciado.
Pax lleva una pequeña planta aun brotando del suelo, Kayab es el canto y muestra una guacamaya (Kinich Kakmo) con el símbolo del sol cenital en el ojo y Kumku, nos enseña la semilla del maíz transformada en Wah (masa), para realizar el alimento sagrado de la ofrenda llamada Kum. Este cocido se realiza con semillas de calabaza y maíz, formando un pastel horneado en tierra que por cierto tiene un sabor delicioso, se llama Stuti Wah.
A las serpientes del cielo las conocen como Kuk Ik Kanes (emplumadas por el viento) y guardan cada uno de los rumbos llamados en maya Bacabes (guardianes), ellos son también los Balames (jaguares) que traen los vientos y estos pueden dar enfermedades, lluvia y buenos augurios, siendo el más peligroso el Kakab Ik viento de enfermedades y el Mozón, remolino.
Los Kuk ik Kanes empluman el cielo y cuando esto sucede anuncian las épocas de lluvias, estas plumas se conocen entre los astrónomos como “colas de gallo”, se trata de cirrrus, nubes alargadas como velos y muy altas que anuncian la futura tormenta. De hecho, según nos decía el maestro José Bolio: Ku es escencia, kul descendente y K´aan cielo, juntos forman Ku Kul K´aan, al que ahora se le dice solo serpiente emplumada, pero es el secreto del cielo sagrado del Chak chak.
En Teotihuacan las serpientes emplumadas aparecen muy cercanas al agua y semejantes a las nagas, llevan además motivos marinos como los caracoles y peces, además del símbolo del vapor que producen en la Tierra (Tlaloc), combinado al maíz y con el primer sello del Tonalpohualli llamado Cipactli, quien emergió del agua como símbolo de la vida y la creación.
El segundo día del calendario sagrado fue dedicado al viento y Quetzalcoatl en su advocación Ehecatl, en maya se refiere a los Ku Ik Kanes ya que se trata de Ik, representación del espíritu del viento. Los antiguos observatorios dedicados a estas advocaciones eran redondos, de esta manera los ángulos no detenían al viento y el observador podía otear su mensaje y transmitirlo a la comunidad.
El Calendario sagrado tiene 260 días, si los multiplicamos por 2 tenemos 520 + 65 = 585 un nuevo movimiento de Venus, el número 65 es sagrado, constituye la esencia del conteo de Quetzalcoatl, 65*4 = 260, además 260 días dura en su tránsito de la tarde a la aurora. Así, 5 rotaciones de Venus equivalen a 8 rotaciones de la Tierra alrededor del sol y 100 lunaciones sinódicas.
En el caso de los calendarios maya y zapoteco corresponde al día 8, que es a la vez 5, en maya se llama Lamat, la cuenta de ambar, en zapoteco se le conocía como Guíe la estrella. Los meshicas lo visualizaron en el Quincunce, anillo que rodea en La Piedra del Sol al Tonapolhualli, su valor según nos platicaba el maestro Raúl Noriega puede ser 5 y 8 = 13; Arturo Meza encontró en 6 y medio quincunces el valor de 52 años y 13 se juntan en 104 años, un Huehuelitztli, equivalente a un ciclo completo del Sol y Venus.
Al paso de la serpiente Venus por la tarde se le llamaba Quetzalcoatl, gemelo precioso, la parábola dice que es entonces cuando se funde en la hoguera y penetra al inframundo para recoger los huesos de los hombres; antes de emerger triunfante al amanecer en su advocación de Tlahuizcalpantecuhtli, El Señor de la Casa del Sur.
El trazo de Teotihuacan se ubicaba desde el Tigre Tezcatlipoca (Osa Mayor), con la Pirámide de la Luna por donde desciende la energía del cielo (-), la ciudad estaba cubierta de mica para captar esa corriente electromagnética que se traslada por la Calzada de los Muertos hasta la Ciudadela que constituye el polo (+), a la vez esta se orienta al orto de Venus matutino.
De acuerdo a las consideraciones de Juan Yadeum, la Pirámide del Sol es el foco, donde se equilibran las dos corrientes.
Tal parece que entre los años 0 al 400 esta dualidad alcanza su máximo nivel en la ciudad, que además extiende su influencia por toda América del Norte y Sur, por esos tiempos exportaban una buena cantidad de productos como la obsidiana, mica, los animales sagrados, cacao, entre otros.
Por esa época al parecer unos monjes chinos visitaron estas tierras e incluso escribieron un libro, donde tal vez relataron las costumbres de Teotihuacan, aduciendo que eran muy pacíficos, sembraban un alimento muy especial (maíz) y su Dios era un hombre serpiente, que les daba buenos consejos y vivían del comercio.
Los pochtecas (comerciantes) ejercían su influjo y según narra Joyce Marcus comenzaron a contratar guardias para su protección para los viajes tan largos, estos fueron los holkanes. Así fue como formaron sus cofradías y se declararon seguidores de una de las partes de la dualidad, la correspondiente a la noche que los meshicas identificaron como Yayauhqui Tezcatlipoca, representada por el jaguar de la noche.
Todo indica que los holkanes dieron golpe de estado liderados por Inhuatima, quien apoyado en los guerreros chichimecas se apoderó de la ciudad y expulsó a los seguidores de la dualidad serpiente. Así fue como tapiaron la Pirámide de Quetzalcoatl, descubierta con otra encima y la sustituyeron por los jaguares, por eso se conservaron en buen estado las serpientes emplumadas adosadas a la pirámide.
En el Popol Vuh se narra la historia de la migración de las familias, con su icono de Tohil equivalente a Quetzalcoatl, también como Ik Balam (viento jaguar) se negó a aceptarlo y se separó del grupo.
Algunas investigaciones sugieren que Ik Balam se dirigió hacia el norte del Mayab fundando Ek Balam (estrella del jaguar o jaguar de la noche), en tanto los demás se fueron hacia la frontera de Chiapas con Guatemala. En la misma historia citan como todos provenían de Tulan Zuvuya y es muy posible así llamaran a Teotihuacan, donde relatan como siendo ya tantos perdieron la comunicación de sus lenguas, se separaron y comenzaron la peregrinación.
Otra corriente llaga al Mayab con los Itzeas, también seguidores de la serpiente, transformada en un reptil mágico al cual nombraron Itzamná en honor a su líder, quien los llevo a fundar la ciudad de Izamal y luego Chichén Itzá en el Katún correspondiente al año 433 d.c. En su icono de Tulum, Itzamná aparece con barba postiza como las del Quetzacoatl ancestral.
La leyenda nos explica que los seguidores de la serpiente debieron emigrar o esconderse, profetizando como deberían pasar 9 ciclos de 52 años para la caída de Tulan y el resurgimiento de la serpiente. Así, por el año 900 nació Ce Acatl Topiltzin (nuestro amado guardián uno carrizo) a quien le darán el grado Quetzalcoatl para revivir las enseñanzas de la serpiente estelar, la cual profesara en Xochicalco donde se unieron seguidores de todas las regiones para corregir el calendario.
También profesó en Tulancingo y Cholula, antes de fundar Tulan Xicotitlan, ahí tratara de revivir el esplendor del culto, pues para ese entonces Teotihuacan, la antigua Tulan ya era ruinas. Gran parte de este ritual se retoma en las enseñanzas hoy llamadas Toltecayotl y con el resurgimiento del calendario dedicado a Venus Quetzalcoatl – Tlahuizcalpamtecuhtli.
A los 52 años Ce Acatl fue tentado en su alter ego Tezcatlipoca y perdió su brillo en la famosa historia de pulque; cuando despertó borracho, había hecho el amor con su hermana, la suprema sacerdotisa y de vergüenza abandonó Tula.
Aquí hay dos historias, una dice que llegó al mar, citan Coatzacoalcos, donde se fue en una barca y se inmoló, convirtiéndose su corazón en Venus. La otra cuenta que se embarcaron en Panotla y se fueron a Tlapallan la tierra roja (Mayab), allí encontraron a los Itzaes en Itzná (Edzná), capital de Chakumputun, hoy Champotón, y decidieron regresar a Chichen Itzá.
En la ciudad sagrada se le da el nombre de Kukulkán y creó a los mayas, que significa “los escasos que merecían su amor” (mah pocos, Yah amor), a quienes dará sus enseñanzas y estos a la vez las llevan a Mayapán que quiere decir Bandera de los Mayas, donde levantaron un Chichén Itzá en pequeño, pero con una enorme muralla.
Cuando Kukulkán se hizo anciano pidió lo dejaran en una isla, se cree Jaina, donde se instaló y nadie volvió a verlo, le llevaban en barca sus alimentos y un día dejo de tomarlos, por lo que concluyeron se inmoló para convertirse en el planeta Venus.
En Mayapán se hizo gobernante Hunaac Ceel, seguidor de Kukulkan, quien declara la guerra a los Itzeas de Chichén Itzá y con la traición de Izamal los derrota, estos esperaran su turno y por fin violaron las murallas e incendiaron Mayapán, siendo así el final de los mayas.
En tanto en el centro de país, los meshicas, quienes vivieron por largo tiempo en Tula como sirvientes, retomaron la historia se nombraron herederos legítimos y declararon Teotihuacan como cuna de su descendencia divina como toltecas. El maestro Piña Chan nos decía que esa era Chicomostoc, donde debajo de la gran pirámide en efecto hallaron 7 cuevas, de ahí su nombre Ciudad de los Dioses, donde nació el quinto sol, auspiciado por Quetzalcoatl en el año 13 caña (Anales de Cuauhtitlan).
A la muerte de Huemac, el último tolteca, los meshicas toman su descendencia y la declararon su visión oficial para Tenochtitlan, donde construyeron su templo redondo frente al Huey Teocalli para señalar sus ortos matutinos, acompañando a Ollin Tonahtiu; además unieron de nuevo las energías (teotl) de Tezcatlipoca y Quetzalcoatl, como parte esencial para cada ser humano.
Tezcatlipoca es el espejo que humea, la memoria, es nuestra propia oscuridad que se crea asimísma (mollocoyami) y que casi siempre termina por dominarnos. Quetzalcoatl, a cambio, es nuestro gemelo divino, la luz que de vez en cuando brota en cada uno para convertirse en alas. Pero siempre estará en riesgo de ser borrada de nuevo por Tezactlipoca, quien le pondrá toda clase de trampas para vencerla, porque la oscuridad es la ausencia de la luz.
Quetzalcoatl es aquel quien logra verter hacia adentro su propio veneno, ese que destilamos hacia los demás, entonces ese veneno se transformará en la energía de sus alas, ha nacido así la serpiente emplumada que vuela entre los seres humanos y lo divino. Entre los meshicas llamaban Quetzalcoatl a los médicos que se dedicaban a curar, en especial a los cirujanos.
Así se cuenta que ellos juegan a la pelota creando cada uno de los cinco soles; el primero del jaguar fue de Tezcatlipoca, el segundo viento de Qutzalcoatl, en el tercero de la lluvia de fuego ganó de nuevo Quetzalcoatl, el cuarto fue el de los toltecas y cuando Ce Acatl se fue, prometió regresar.
Por eso consideraban al Quinto Sol como el regreso de Quetzalcoatl, Domingo Díaz Porta nos contó que cuando llegaron los españoles, creyeron era este desembarcando por mar, tal como rezaba la profecía, el mismo Moctezuma entrego su liderazgo pensando se cumplían sus premoniciones.
Sin embargo, algunos sacerdotes se dieron cuenta de la trampa y regalaron a Cortés un traje de jaguar diciéndole lo usara a cambio del oro que él pedía, se puso la capa de jaguar y esto despertó mas la ambición de los recién llegados, el resto es historia.
Desde eso navegamos por siglos en la oscuridad de Tezcatlipca, esperando la anunciada profecía de Quetzalcoatl. Cuando Cuauhtemoc citó al consejo les dijo: “Nuestro sol se ha ocultado y nos ha dejado en la total oscuridad, mientras permanezca allí en el Mictlan, no olviden los padres transmitir a sus hijos nuestra herencia, en tanto llegue de nuevo la luz del sol que iluminará el Anahuac” y esa será la luz del regreso Quetzalcoatl.
Desde entonces varios han llegado por mar y se erigen como esa luz, pero siempre la oscuridad los domina y de nuevo les surge Tezcatlipoca, recordemos la propuesta de José López Portillo, quien incluso escribió un libro (Don Q) atribuyéndose ser un nuevo español con esta profecía, al final de nuevo fue derrotado por Tezcatlipca, como todo aquel que se erija en falso profeta, esa será la maldición.
Hay quienes incluso dicen que este ser de luz fue un navegante cristiano y que la cristiandad es Quetzalcoatl, pero como vimos aquí, la historia se remonta mucho más atrás y estos aprovecharon las leyendas para establecer su religión de la cruz.
En el año 1987 acudimos todos a Amatlan de Quetzalcoatl, donde celebraban el final de los 9 ciclos de 52 años, fue una gran ceremonia auspiciada por los guardianes de la tradición, previendo la llegada del nuevo Ce Acatl. Un año después Cuauhtemoc Cárdenas parecía ser ese líder tan esperado, cuando “perdió” la presidencia millares en todo el país estaban dispuestos a todo, pero de nuevo les falló.
En 1991 con motivo del eclipse de sol de nuevo surgió el movimiento, ahora se hablaba de la profecía del eclipse como dador del Sexto Sol, ya que de nuevo los números cósmicos así lo sugerían. Se realizaron grandes ceremonias, nosotros acudimos a Nayarit, donde la sombra entraría al continente y además Mezcaltitlan se equiparaba a la mítica isla Aztlan, fue nombrada entonces cuna de la mexicanidad.
Para muchos en ese momento nació de nuevo la luz de Qutzalcoatl, incluso algunos se autoerigieron así y fundaron nuevas escuelas con sus nombres, pero de nuevo en 1999 se mencionó este regreso con motivo del fin de siglo, la ceremonia ahora fue en Teotihuacan, en la Plaza de la Ciudadela.
Ahora se liga con 2012, pues consideran que en ese año concluye la gran cuenta de los mayas, – de acuerdo a los estudios de Erick Thompson -, quien propuso los equivalentes entre el calendario occidental y la llamada Cuenta Larga Maya de 5 125 años, concluyendo su fin será en el invierno de 2012.
Seguramente habrá nuevas ceremonias y profecías, afirmando la llegada de un ser de luz, pero quizás ya está aquí y no es un solo hombre, somos nosotros mismos en la búsqueda de nuestra raíces, en el orgullo de ser quienes somos y allí estará tal vez la verdadera luz de Quetzalcoatl.
COMENTARIOS MIOS: ¿Recuerdan la historia de Lot cuando las hijas de éste lo emborrachan para que tuvieran sexo con éstas y así prolongar su descendencia?; aqui en la historia mencionan algo parecido: «A los 52 años Ce Acatl fue tentado en su alter ego Tezcatlipoca y perdió su brillo en la famosa historia de pulque; cuando despertó borracho, había hecho el amor con su hermana, la suprema sacerdotisa y de vergüenza abandonó Tula.»… y lo que hacian los egipcios de emparentar con sus hermanas y primas?. Otro gran tema que ver en la historia antigua relacionada con muchas culturas de todo el mundo para analizar.
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