Entender y comprender el cómo se dará esa Paz ahora aqui en México, nos lleva ineludiblemente a analizar el tema del Narco y buscarle alternativas de solución; estaremos publicando algunas cosas relacionadas «junto con pegado» al respecto del Gobierno Oculto Mundial o Nuevo Orden Mundial, porque sencillamente ántes de acabar con los narcos o legalizar la droga, habria que pensar los cómos y porqués de seguir manteniendo el control que ejercen sobre la población mundial «ellos», el Gobierno ocúlto Mundial (y no solo en méxico) y decidir cómo ir diezmando y acabando con esta maldita plaga satánica de seres parasitarios y rémoras de la raza humana.
marcha por la Paz
El viernes 10, a las 4 pm, todos a tomar todas las calles y todas las plazas, con motivo del cuarenta aniversario del halconazo, de la firma del pacto en ciudad juárez por Javier Sicilia y por la indignación que se extiende en el mundo entero, primero en el norte de áfrica, ahora en europa, en méxico es nuestro turno, salgamos a exigir ¡Qué se acabe la guerra! y ¡Que se vayan todos los políticos, banqueros y demás burgueses! ¡No los necesitamos! nosotros solos sabemos organizarnos para la democracia real y para la justicia, ¡A tomar las calles!
después el sábado 11 de junio a las 4 pm, hay una asamblea en el monumento a la Revolución, para organizar, como en tunez, en egipto y en el estado español, nuestra propia revolución.
cáiganle! jovenes como nosotros están haciendo la revolución al otro lado del charco, no podemos huir de nuestro compromiso con la historia, no podemos tampoco aguantar más esta miseria de realidad, todos estamos hasta la madre y si nos juntamos, TODO ES POSIBLE!
TODOS PODEMOS TRABAJAR EN ESTO Y QUE CADA QUIEN HAGA EN SU FACEBOOK UN EVENTO COMO ESTE (puede ser copiado de este) ADEMÁS DE MANDAR CORREOS ELECTRONICOS, PEGAR UN CARTEL AFUERA DE TU CASA, ENVIAR MENSAJES SMS O PINTAR UNA PARED DE LA CIUDAD, DEL CAMIÓN O DEL METRO, hay que pasar la voz, con los compas, con la familia, con todo mundo…
Convocar a este evento fue desición de una asamblea ciudadana de unas decenas de personas, el sábado pasado, no hay algún grupo, ni partido, ni institución detrás, somos gente común, de la que ven en la calle y en el metro
SPOT: http://www.youtube.com/watch?v=LpnGsdi3vh0&feature=youtu.be
lamentablemente han suprimido el video… PERO NO IMPORTA!!
Silo.
México, 9 jun (PL) Llantos por la pérdida de un ser querido, denuncias y reclamos de justicia caracterizan el recorrido de la Caravana Nacional por la Paz y el Consuelo, que encabeza el poeta mexicano Javier Sicilia.
Tras pernoctar la víspera en Chihuahua, capital del estado de igual nombre, los cerca de mil manifestantes llegaron hoy a Ciudad Juárez, destino final que el también periodista califica como la «ciudad del dolor» por sus más de tres mil 100 homicidios ocurridos en 2010.
Según medios de prensa locales, en esta localidad fronteriza del norte de México se firmará un pacto nacional para exigir el esclarecimiento de asesinatos y desapariciones, el fin a la estrategia de guerra, garantías a la seguridad ciudadana y el combate a la corrupción, la impunidad y las ganancias del crimen.
En sus tres mil kilómetros de recorrido, desde su salida el pasado sábado de Cuernavaca, en Morelos, los caravanistas atravesaron unas nueves ciudades hasta llegar a Juárez, muchas de las cuales viven hoy una ola de violencia impuesta por el crimen organizado como es el caso de Morelia, Monterrey y Chihuahua.
De acuerdo con el sitio digital Diario «esta es la expresión más grande de dolor que los mexicanos hayamos protagonizado o visto a lo largo de nuestra historia, en tanto los relatos revelan la profundidad de la tragedia vivida, la inoperancia de las agrupaciones policíacas y el fracaso de la estrategia contra el crimen organizado.
El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que encabeza Sicilia, no busca compartir el dolor, sino exigir justicia y ofrecer propuestas de vida que ayuden a regenerar la sociedad y rehabilitar su tejido socioeconómico, de ahí el respaldo de otras 400 organizaciones civiles a esta segunda cruzada ciudadana.
Reportes periodísticos refieren que el poeta accedió a dialogar sobre inseguridad en el Congreso de la Unión, y reconoció el valor de las miles de personas que se han unido al paso del contingente para demandar una paz con justicia, «pese al terror y el miedo que dominan los caminos de este país».
Durante sus palabras en el acto de recibimiento en Chihuahua, Sicilia -cuyo hijo murió asesinado el pasado marzo por miembros de una organización criminal, manifestó su deseo de que los políticos del estado participaran en dicha marcha.
FUENTE
INVITACION A RECIBIR LA CARAVANA POR LA PAZ CON JUSTICIA Y DIGNIDAD (de Morelos a Cd Juárez):
Día Jueves 9 de junio del 2011
Hora Inicio de Caminata 9 AM – concentración 10 AM
Lugar: Inicia caminata Santuario de Guadalupe(MONUMENTO A LA MADRE)
Para concentrarse en Plaza Hidalgo, Chihuahua, Chin
La invitación es para toda persona, niñ@, mujer, hombre, ancian@, sin importar credo, ideología, condición social económica y política que este dispuesto a devolverle sinceramente a nuestra Patria la Paz con Justicia y dignidad.
El panorama esta ante nuestros ojos y oídos, la desconfianza entre nosotros, la violencia, las amenazas, el terror, y la muerte, recorren diario nuestras calles, vecindades y carreteras, las del Estado y de la Nación entera.
El ambiente es de rejas, candados, alarmas, y guaruras si se puede ¿Dónde está nuestra Libertad?
En este panorama contemplamos abiertamente, como participan “nuestras”, Autoridades, Ejercito Mexicano y Policías Federales, Estatales y Municipales de los abusos, sometimiento, opresión y muerte que a diario sufrimos.
De todo esto la cerrazón de “nuestros” gobernantes y políticos, que quieren tapar el sol con un “dedo” o una “ceja”, es decir con discursos prometedores y actos circenses, en defensa de sus intereses de poder y de dinero, sin mencionar que estén coludidos o que sean ellos mismos los grandes capos.
El juicio de si las cosas están bien o están mal , o muy mal, no lo dan estas letras; son 40000 muertos en este sexenio, miles de despojos, agresiones , secuestros , giros negros, negocios ilícitos, corrupción, desertores del ejército y policías así como miembros del ejército y policías lideres de sicarios., ¿es esto engaño o manipulación?, es esto ¿Justicia?.
Demandar este anhelo de paz y de libertad, es exigir desinteresadamente la responsabilidad que tienen los gobernantes y políticos, la situación exige dejar de lado la “competencia” y el “partidarismo” .Es exigir que el que gobierne mande obedeciendo y no se haga como que es dueño del país, aun cuando así se lo manden y les convenga a los intereses de los poderosos del Mundo.
¡Vivan los seis puntos del Pacto Nacional!
1. Exigimos verdad y justicia.
2. Exigimos poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana.
3. Exigimos combatir la corrupción y la impunidad.
4. Exigimos combatir la raíz económica y las ganancias del crimen.
5. Exigimos la atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas de recuperación del tejido social.
6. Exigimos democracia participativa, mejor democracia representativa y democratización en los medios de comunicación.
(ADEHERENTES A LA MARCHA Y CARAVANA)
Número 7, abril de 2011
Agradezco a Chiara Paganini, la cortesia de facilitar dichas fotos.
Image by: Gabriela Sandoval
Mundo sin Guerras y sin Violencia – México
Ciudad de México, Mexico
Pressenza Ciudad de México, 5/9/11
Por Ivone Sámano y Adriana Alonso, de Mundo sin Guerras
Es la primera vez en muchísimo tiempo que una causa común y digna une a gran parte del pueblo mexicano y esta vez es la Paz con Justicia y Dignidad, como hicieron llamar a la multitudinaria Marcha organizada en México el 8 de mayo pasado, en contra de la violencia intolerable que se vive, desde que el gobierno federal de Felipe Calderón comenzó la “Guerra contra el Narcotráfico”. Una guerra que ha arrojado más de 40 mil muertos de los cuales, se calcula que más de 22 mil, eran personas que no tenían absolutamente nada que ver, inocentes, en su mayoría jóvenes, lo que el Presidente llama “Daños colaterales”. Uno de estos jóvenes- Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta, periodista y gandhiano, Javier Sicilia- fue torturado y asesinado junto con varios de sus amigos. Y esta fue la gota que derramó el vaso.
»Estamos aquí para decirnos y decirles que este dolor del alma en los cuerpos no lo convertiremos en odio ni en más violencia, sino en una palanca que nos ayude a restaurar el amor, la paz, la justicia, la dignidad y la balbuciente democracia que estamos perdiendo…» declaró Sicilia en su discurso, quien también adhirió y apoyó en su momento, a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia organizada en 2009-2010 por Mundo sin Guerras y sin Violencia.
Emulando la marcha de la sal de Gandhi, la también llamada Marcha del Silencio, encabezada por Sicilia, marchó durante 4 días, partió del estado de Morelos recorriendo 90 kms. para llegar a la Ciudad de México, junto a contingentes provenientes de varios estados de la República Mexicana, incluyendo el contingente del Estado de Oaxaca que atravesó la llamada “ruta de la muerte” o ruta del migrante, también se realizaron manifestaciones en 38 ciudades de México y en 26 países del mundo, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en forma silenciosa y no-violenta, unos 25.000 Zapatistas marcharon este sábado 7 de Mayo en apoyo a dicha marcha.
Si bien México se distingue por ser un país en su mayoría de jóvenes, la situación de la juventud es alarmante, pues el acceso a una vida digna con educación, alimentación, trabajo, cultura, etc., se encuentra negada para la mayor parte de esta generación.
Para ellos, los sociólogos del neoliberalismo mexicano, no solo han creado la etiqueta discriminatoria de “ninis”, porque ni estudian ni trabajan- sino que también han creado su propuesta de solución: que se enfilen en las listas del ejército. Propuesta absurda que pone en evidencia su enfoque violento.
Por ello, el discurso y la propuesta de Sicilia al finalizar la marcha en el zócalo de la Ciudad de México, priorizó a los jóvenes, a los vivos y a los muertos, exigiendo: “atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas para la recuperación del tejido social, porque la seguridad ciudadana no se resolverá con armas y violencia sino con una política económica y social que genere oportunidades reales de educación, salud, cultura y empleo para jóvenes, porque son las y los principales víctimas de esta estrategia de guerra”. Incluyó además, la necesidad de recuperación del carácter público de la educación y el incremento inmediato de los recursos educativos, al menos en la misma proporción a los destinados a las Fuerzas Armadas y corporaciones de seguridad pública, así como el aumento de recursos para proyectos culturales, deportivos, productivos y sociales realizados por los propios jóvenes y sus organizaciones, como acciones de reconstrucción del tejido social en barrios, comunidades y unidades habitacionales.
Por supuesto, el llamado Pacto Nacional al que convocó está marcha incluyó también la exigencia de esclarecimiento de “los asesinatos, las desapariciones, los secuestros, las fosas clandestinas, la trata de personas y todos los delitos que han agraviado a la sociedad, mediante procesos transparentes y efectivos de investigación, procuración y administración de justicia. Como señal de la capacidad de funcionamiento del Estado, una resolución pública, que presente en un máximo de tres meses, a los autores intelectuales y materiales de alguno de los casos emblemáticos que han agraviado a la sociedad.”
Poner fin a la estrategia militarista asumiendo una nueva estrategia de seguridad ciudadana con enfoque de Derechos Humanos, que evite la participación del ejército en tareas policiales y avance un modelo de seguridad alternativo que recupere las experiencias comunitarias, autogestivas y la participación ciudadana en las colonias, barrios y unidades habitacionales, fue otra de las propuestas del Pacto.
Finalmente, el Pacto también abordó, entre otras exigencias, el imperativo de establecer una democracia participativa y representativa, la democratización de los medios de comunicación, el reconocimiento y aplicación de la participación ciudadana en los asuntos públicos mediante la consulta popular, la iniciativa legislativa, las candidaturas independientes, la revocación del mandato y el voto en blanco.
Mundo sin Guerras y sin Violencia México estuvo presente en esta Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad conmovidos por ver nacer en el pueblo mexicano los inicios de una cultura y una conciencia noviolenta, que estamos seguros, es el camino para la verdadera paz con justicia y dignidad. Otorgamos todo nuestro apoyo y nuestras posibilidades de acción y esfuerzo a este ejemplar movimiento ciudadano naciente en nuestro pueblo.
abril 7, 2011
Me dolí con Martí cuando mataron a su hijo secuestrado; Javier Sicilia me escuece el alma por su hijo asesinado. El poeta acompaña su pena esgrimiendo palabras que queman con la verdad en cada paso que da pidiendo respuestas y acuciando a las conciencias.
Me permití extraer los 3 discursos que el poeta y padre presentó en la marcha contra la violencia el pasado 6 de abril de 2011 en muchas ciudades del país y del extranjero, solidarizándome con Sicilia, pero también sumando mi voz a favor de nuestros jóvenes y de nosotros mismos.
A las Fuerzas Armadas de México
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Bulletin from the cause: Movimiento Contra la Violencia en Mexico Javier Sicilia
Discurso de Javier Sicilia leído en el Zócalo. (5 minutos para leerlo, por decenas de horas de peregrinación del poeta)
Domingo, 08 de mayo de 2011
Javier Sicilia
Hemos llegado a pie, como lo hicieron los antiguos mexicanos, hasta este sitio en donde ellos por vez primera contemplaron el lago, el águila, la serpiente, el nopal y la piedra, ese emblema que fundó a la nación y que ha acompañado a los pueblos de México a lo largo de los siglos. Hemos llegado hasta esta esquina donde alguna vez habitó Tenochtitlan -a esta esquina donde el Estado y la Iglesia se asientan sobre los basamentos de un pasado rico en enseñanzas y donde los caminos se encuentran y se bifurcan-; hemos llegado aquí para volver a hacer visibles las raíces de nuestra nación, para que su desnudez, que acompañan la desnudez de la palabra, que es el silencio, y la dolorosa desnudez de nuestros muertos, nos ayuden a alumbrar el camino.
Si hemos caminado y hemos llegado así, en silencio, es porque nuestro dolor es tan grande y tan profundo, y el horror del que proviene tan inmenso, que ya no tienen palabras con qué decirse. Es también porque a través de ese silencio nos decimos, y les decimos a quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de este país, que no queremos un muerto más a causa de esta confusión creciente que sólo busca asfixiarnos, como asfixiaron el aliento y la vida de mi hijo Juan Francisco, de Luis Antonio, de Julio César, de Gabo, de María del Socorro, del comandante Jaime y de tantos miles de hombres, mujeres, niños y ancianos asesinados con un desprecio y una vileza que pertenecen a mundos que no son ni serán nunca los nuestros; estamos aquí para decirnos y decirles que este dolor del alma en los cuerpos no lo convertiremos en odio ni en más violencia, sino en una palanca que nos ayude a restaurar el amor, la paz, la justicia, la dignidad y la balbuciente democracia que estamos perdiendo; para decirnos y decirles que aún creemos que es posible que la nación vuelva a renacer y a salir de sus ruinas, para mostrarles a los señores de la muerte que estamos de pie y que no cejaremos de defender la vida de todos los hijos y las hijas de este país, que aún creemos que es posible rescatar y reconstruir el tejido social de nuestros pueblos, barrios y ciudades.
Si no hacemos esto solamente podremos heredar a nuestros muchachos, a nuestras muchachas y a nuestros niños una casa llena de desamparo, de temor, de indolencia, de cinismo, de brutalidad y engaño, donde reinan los señores de la muerte, de la ambición, del poder desmedido y de la complacencia y la complicidad con el crimen.
Todos los días escuchamos historias terribles que nos hieren y nos hacen preguntarnos: ¿Cuándo y en dónde perdimos nuestra dignidad? Los claroscuros se entremezclan a lo largo del tiempo para advertirnos que esta casa donde habita el horror no es la de nuestros padres, pero sí lo es; no es el México de nuestros maestros, pero sí lo es; no es el de aquellos que ofrecieron lo mejor de sus vidas para construir un país más justo y democrático, pero sí lo es; esta casa donde habita el horror no es el México de Salvador Nava, de Heberto Castillo, de Manuel Clouthier, de los hombres y mujeres de las montañas del sur -de esos pueblos mayas que engarzan su palabra a la nación- y de tantos otros que nos han recordado la dignidad, pero sí lo es; no es el de los hombres y mujeres que cada amanecer se levantan para ir a trabajar y con honestidad sostenerse y sostener a sus familias, pero sí lo es; no es el de los poetas, de los músicos, de los pintores, de los bailarines, de todos los artistas que nos revelan el corazón del ser humano y nos conmueven y nos unen, pero sí lo es. Nuestro México, nuestra casa, está rodeada de grandezas, pero también de grietas y de abismos que al expandirse por descuido, complacencia y complicidad nos han conducido a esta espantosa desolación.
Son esas grietas, esas heridas abiertas, y no las grandezas de nuestra casa, las que también nos han obligado a caminar hasta aquí, entrelazando nuestro silencio con nuestros dolores, para decirles directamente a la cara que tienen que aprender a mirar y a escuchar, que deben nombrar a todos nuestros muertos -a esos que la maldad del crimen ha asesinado de tres maneras: privándolos de la vida, criminalizándolos y enterrándolos en las fosas comunes de un silencio ominoso que no es el nuestro-; para decirles que con nuestra presencia estamos nombrando esta infame realidad que ustedes, la clase política, los llamados poderes fácticos y sus siniestros monopolios, las jerarquías de los poderes económicos y religiosos, los gobiernos y las fuerzas policiacas han negado y quieren continuar negando. Una realidad que los criminales, en su demencia, buscan imponernos aliados con las omisiones de los que detentan alguna forma de poder.
Queremos afirmar aquí que no aceptaremos más una elección si antes los partidos políticos no limpian sus filas de esos que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen y tienen al Estado maniatado y cooptado al usar los instrumentos de éste para erosionar las mismas esperanzas de cambio de los ciudadanos. O ¿dónde estaban los partidos, los alcaldes, los gobernadores, las autoridades federales, el ejército, la armada, las Iglesias, los congresos, los empresarios; dónde estábamos todos cuando los caminos y carreteras que llevan a Tamaulipas se convirtieron en trampas mortales para hombres y mujeres indefensos, para nuestros hermanos migrantes de Centroamérica? ¿Por qué nuestras autoridades y los partidos han aceptado que en Morelos y en muchos estados de la República gobernadores señalados públicamente como cómplices del crimen organizado permanezcan impunes y continúen en las filas de los partidos y a veces en puestos de gobierno? ¿Por qué se permitió que diputados del Congreso de la Unión se organizaran para ocultar a un prófugo de la justicia, acusado de tener vínculos con el crimen organizado y lo introdujeron al recinto que debería ser el más honorable de la patria porque en él reside la representación plural del pueblo y terminaran dándole fuero y después aceptando su realidad criminal en dos vergonzosos sainetes? ¿Por qué se permitió al presidente de la República y por qué decidió éste lanzar al ejército a las calles en una guerra absurda que nos ha costado 40 mil víctimas y millones de mexicanos abandonados al miedo y a la incertidumbre? ¿Por qué se trató de hacer pasar, a espaldas de la ciudadanía, una ley de seguridad que exige hoy, más que nunca una amplia reflexión, discusión y consenso ciudadano? La Ley de Seguridad Nacional no puede reducirse a un asunto militar. Asumida así es y será siempre un absurdo. La ciudadanía no tiene por qué seguir pagando el costo de la inercia e inoperancia del Congreso y sus tiempos convertido en chantaje administrativo y banal cálculo político. ¿Por qué los partidos enajenan su visión, impiden la reforma política y bloquean los instrumentos legales que permitan a la ciudadanía una representación digna y eficiente que controle todo tipo de abusos? ¿Por qué en ella no se ha incluido la revocación del mandato ni el plebiscito?
Estos casos -hay cientos de la misma o de mayor gravedad- ponen en evidencia que los partidos políticos, el PAN, el PRI, el PRD, el PT, Convergencia, Nueva Alianza, el Panal, el Verde, se han convertido en una partidocracia de cuyas filas emanan los dirigentes de la nación. En todos ellos hay vínculos con el crimen y sus mafias a lo largo y ancho de la nación. Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos en las próximas elecciones ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar? ¿No se dan cuenta de que con ello están horadando y humillando lo más sagrado de nuestras instituciones republicanas, que están destruyendo la voluntad popular que mal que bien los llevó a donde hoy se encuentran?
Los partidos políticos debilitan nuestras instituciones republicanas, las vuelven vulnerables ante el crimen organizado y sumisas ante los grandes monopolios; hacen de la impunidad un modus vivendi y convierten a la ciudadanía en rehén de la violencia imperante.
Ante el avance del hampa vinculada con el narcotráfico, el Poder Ejecutivo asume, junto con la mayoría de la mal llamada clase política, que hay sólo dos formas de enfrentar esa amenaza: administrándola ilegalmente como solía hacerse y se hace en muchos lugares o haciéndole la guerra con el ejército en las calles como sucede hoy. Se ignora que la droga es un fenómeno histórico que, descontextualizado del mundo religioso al que servía, y sometido ahora al mercado y sus consumos, debió y debe ser tratado como un problema de sociología urbana y de salud pública, y no como un asunto criminal que debe enfrentarse con la violencia. Con ello se suma más sufrimiento a una sociedad donde se exalta el éxito, el dinero y el poder como premisas absolutas que deben conquistarse por cualquier medio y a cualquier precio.
Este clima ha sido tierra fértil para el crimen que se ha convertido en cobros de piso, secuestros, robos, tráfico de personas y en complejas empresas para delinquir y apropiarse del absurdo modelo económico de tener siempre más a costa de todos.
A esto, ya de por sí terrible, se agrega la política norteamericana. Su mercado millonario del consumo de la droga, sus bancos y empresas que lavan dinero, con la complicidad de los nuestros, y su industria armamentista -más letal, por contundente y expansiva, que las drogas-, cuyas armas llegan a nuestras tierras, no sólo fortalecen el crecimiento de los grupos criminales, sino que también los proveen de una capacidad inmensa de muerte. Los Estados Unidos han diseñado una política de seguridad cuya lógica responde fundamentalmente a sus intereses globales donde México ha quedado atrapado.
¿Como reestructurar esta realidad que nos ha puesto en un estado de emergencia nacional? Es un desafío más que complejo. Pero México no puede seguir simplificándolo y menos permitir que esto ahonde más sus divisiones internas y nos fracture hasta hacer casi inaudibles el latido de nuestros corazones que es el latido de la nación. Por eso les decimos que es urgente que los ciudadanos, los gobiernos de los tres órdenes, los partidos políticos, los campesinos, los obreros, los indios, los académicos, los intelectuales, los artistas, las Iglesias, los empresarios, las organizaciones civiles, hagamos un pacto, es decir, un compromiso fundamental de paz con justicia y dignidad, que le permita a la nación rehacer su suelo, un pacto en el que reconozcamos y asumamos nuestras diversas responsabilidades, un pacto que le permita a nuestros muchachos, a nuestras muchachas y a nuestros niños recuperar su presente y su futuro, para que dejen de ser las víctimas de esta guerra o el ejército de reserva de la delincuencia.
Por ello, es necesario que todos los gobernantes y las fuerzas políticas de este país se den cuenta que están perdiendo la representación de la nación que emana del pueblo, es decir, de los ciudadanos como los que hoy estamos reunidos en el zócalo de la Ciudad de México y en otras ciudades del país.
Si no lo hacen, y se empeñan en su ceguera, no sólo las instituciones quedarán vacías de sentido y de dignidad, sino que las elecciones de 2012 serán las de la ignominia, una ignominia que hará más profundas las fosas en donde, como en Tamaulipas y Durango, están enterrando la vida del país.
Estamos, pues, ante una encrucijada sin salidas fáciles, porque el suelo en el que una nación florece y el tejido en el que su alma se expresa están deshechos. Por ello, el pacto al que convocamos después de recoger muchas propuestas de la sociedad civil, y que en unos momentos leerá Olga Reyes, que ha sufrido el asesinato de 6 familiares, es un pacto que contiene seis puntos fundamentales que permitirán a la sociedad civil hacer un seguimiento puntual de su cumplimiento y, en el caso de traicionarse, penalizar a quienes sean responsables de esas traiciones; un pacto que se firmará en el Centro de Ciudad Juárez -el rostro más visible de la destrucción nacional- de cara a los nombres de nuestros muertos y lleno de un profundo sentido de lo que una paz digna significa.
Antes de darlo a conocer, hagamos un silencio más de 5 minutos en memoria de nuestros muertos, de la sociedad cercada por la delincuencia y un Estado omiso, y como una señal de la unidad y de la dignidad de nuestros corazones que llama a todos a refundar la Nación. Hagámoslo así porque el silencio es el lugar en donde se recoge y brota la palabra verdadera, es la hondura profunda del sentido, es lo que nos hermana en medio de nuestros dolores, es esa tierra interior y común que nadie tiene en propiedad y de la que, si sabemos escuchar, puede nacer la palabra que nos permita decir otra vez con dignidad y una paz justa el nombre de nuestra casa: México.
Por Ángeles Mariscal
Sábado, 07 de mayo de 2011 a las 22:39
SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS (CNNMéxico) — Después de una década de haber permanecido al interior de sus comunidades, al menos 20,000 integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) salieron a las calles de Chiapas para apoyar la Marcha Nacional por la Paz y la Justicia, que encabeza el poeta Javier Sicilia.
Los miles de zapatistas pidieron al presidente Felipe Calderón que «detenga la guerra» y solidarizarse con las familias de los más de 34,612 muertos en el país en cuatro años.
Los indígenas decidieron salir de forma masiva para sumarse a la Marcha Nacional por la Paz, a la que convocó el poeta y periodista, Javier Sicilia.
Desde la mañana de este sábado, ataviados todos con sus capuchas y paliacates, empezaron a arribar al Centro Indígena de Capacitación Integral (CIDECI) unos 20,000 hombres, mujeres, niños y ancianos provenientes de los Caracoles Zapatistas, territorios donde se agrupan los integrantes del EZLN, cuyas sedes se ubican en Oventic, La Garrucha, Morelia, La Realidad y Roberto Barrios.
Poco después del medio día iniciaron la marcha en medio de un silencio sólo roto por el sonido del caracol, que iba tocando uno de los dirigentes indígenas. Los zapatistas caminaron aproximadamente 8 kilómetros, hasta llegar a la Plaza de la Paz.
La marcha fue encabezada por el comandante Tacho, David, y otra docena de integrantes del Comité Clandestino Revolucionario Indígena. Iban portando pancartas con las leyendas “No más sangre”, “Alto a la guerra de Calderón”, “No más sangre en nuestro suelo mexicano”, “Estamos hasta la madre de la guerra de Calderón”.
“Hoy no estamos aquí para hablar de nuestros dolores, de nuestras luchas, de nuestros sueños, de nuestras vidas y muertes. Hoy no estamos para señalar caminos ni para decir qué hacer, ni para responder a la pregunta de qué sigue”, sostuvieron los zapatistas en la lectura del mensaje que se dio a conocer en el mitin que encabezaron en la Plaza de la Paz.
“Hoy estamos aquí representando a decenas de miles de indígenas zapatistas, muchos de los que hoy somos vistos, para decirle a ese digno paso silencioso: que su demanda de justicia, que su lucha por la vida, que su anhelo de paz, que su exigencia de libertad, nosotras y nosotros, las zapatistas y los zapatistas, los comprendemos y los apoyamos”, añadieron.
Los indígenas zapatistas dijeron que salieron de sus comunidades para responder al llamado de quienes luchan por la vida, “y a quienes el mal gobierno responde con la muerte”.
En el mensaje que también fue firmado por el subcomandante insurgente Marcos, quien no asistió a la marcha, acusa a los tres niveles de gobierno –federal, estatal y municipal- de “convertir las calles y las escuelas y universidades en zonas de guerra”, donde “los niños y los jóvenes no entran a clases sino a emboscadas de uno y otro bando”.
Añadió que los lugares de reunión y diversión “son ahora objetivos militares (…) los malos gobiernos crearon el problema y no solo no lo han resuelto sino que lo han extendido y profundizado en todo México”, sostuvieron.
Por ello, los zapatistas se sumaron a la petición de exigir un alto a la estrategia de guerra que emprendió Felipe Calderón contra la delincuencia organizada. Pidieron evitar mayor derramamiento de sangre.
“Y nosotros las zapatistas y los zapatistas exigimos luchar por la vida, es decir, por la justicia, la libertad y la paz”. Al término del mitin, ya entrada la noche, regresaron a sus comunidades de origen.
Por la mañana, un indígena zapatista murió en un accidente suscitado cuando, a bordo de un camión de redilas, se dirigía a la marcha a efectuarse este sábado. El percance ocurrió poco antes de las 9:00 horas en el tramo carretero San Cristóbal de Las Casas-Huixtán, a la altura de la comunidad La Era.
La última vez que los zapatistas salieron de manera masiva fue en febrero de 2001, cuando participaron en la Marcha del Color de la Tierra, para exigir el cumplimiento a los Acuerdos de San Andrés.
las mujeres zapatistas, un ejemplo